Esa canción de Oscar de León que dice:…. Sácala llévala al cine, cómprale un ramo de flores, báñate junto con ella, llévale la comida a la cama, trátala con mucha ternura, háblale pero con mucha dulzura, dale amor por que ella merece, le gusta que la trates así…es absolutamente necesario. Y es que, ¿a que mujer u hombre no le gusta recibir estas cosas?, hasta el ser más huraño dentro de si se siente desarmado ante los detalles tiernos o un gestos de atención.
A mi me gusta ser detallista, en esa pequeñas cosas de la vida. En los sin motivos y sin razones, es donde esta la grandeza de los detalles. Un gesto pequeño podría darme mucha alegría para toda la vida!
Muchas personas utilizan la excusa de no hacer o tener detalles, por miedo o por estar tan ensimismados, que no alcanzan a ver más allá de su micro mundo, un acto egoísta.
Y me pregunto: ¿No es el amor que sientes por otra persona, razón suficiente para ir contra tu naturaleza antirromántica o antiexpresiva y poner a funcionar las neuronas e inventarte un detalle? ¿No justifica el amor hacer cosas a las que no estamos acostumbrados?
En ocasiones una pequeña nota, una tarjetita, un mail puede hacer sentir especial a tu pareja, a tus amigos, hermanos y hasta al jefe. Y esto, se logra con la practica, es necesario hacerlo casi un hàbito, hay que esforzarse, por que el amor requiere voluntad y ganas.
No es que te llenen de regalos caros, o que te gaste el sueldo en regalos cada mes esa no es la idea, que no son malos, pero los detalles de la vida diaria, eso son invalorables. Una mirada cómplice, una llamada o tu texto para saber como estas, algo que marque la diferencia. El cafè listo al despertar, el baño limpio para cuanto te toque usarlo, esas pequeñas cosas que hacen sentir bien al ser amado.
Hace poco en mi trabajo, llegó un hombre como de unos 45 años, me contó como se le declaro a su mujer. Que detalle! Al estilo novela de Corin Tellado, se le declaro frente al altar de un iglesia, ellos dos solo, alli le pido que fuera su novia. Me parece bonito. El rostro de aquel hombre se iluminaba al recordarlo.
Una amiga ese mismo día llegó sonriente, a pesar del inclemente calor que habìa. Le pregunte: ¿Por qué tan contenta esta mañana? y me dice: Es que mi hijo de 19 años de edad me abrazo, hace mucho que no lo hacia, y no se aún por que lo hizo. Su rostro estaba radiante casi o más que el sol de esa mañana de mas de 36º grados.
Ese día, me percate de los detalles, más que cualquier otro día, de la importancia de saludar o despedirte, la cual veo màs como un acto de amor que meramente de cortesía. De las sonrisas amables que te regalan quienes vas consiguiéndote por tu camino. De ayudar a quien no puede con las bolsas, de cruzar la calle con el ancianito ancianita, asi llegues tarde un poquito, ese detalle es para ti, te hace sentir mejor. Y sobre todo, de los detalles de tus seres queridos.
Claro esta, en todo esto es necesario dar el primer paso, y es justo, para recibir es necesario dar. Así que a ser detallistas, con quienes tenemos cerca, hay mil maneras, un masajito en los pies de tus viejitos cuando les visites junto una escucha activa de sus cosas. Los detalles con tu pareja e hijos, con tu amigo o amiga, un detalles como un abrazo con tus hermanos o hermanas, eso casi no se ven, o con el vecino con el que te nazca hacerlo, pero eso si de corazón, por que gana màs quien da que el que recibe, y desde el alma con ganas, hay que tener la voluntad de querer, que eso nos hae màs fuertes.
¡Cuéntame un detalle que hayas hecho, el mas simple pero el que causo mas emoción!
